Situada en un lugar privilegiado, la vivienda aprovecha las vistas hacia el mar y la montaña para organizar los diferentes espacios. Las terrazas prolongan el espacio interior y amplían los límites de la casa hasta el horizonte, siendo los propios volúmenes de la edificación los que crean espacios protegidos frente al fuerte sol y a los vientos dominantes.

En el interior un patio que recorre las tres plantas articula el espacio y permite que la luz del mediterráneo penetre hasta cada rincón de la vivienda. Un cuidado jardín a su alrededor aporta riqueza complementaria al conjunto.