Net Zero ECOALF Store
Madrid
ECOALF, marca de moda y estilo de vida sostenible, quería un local que sirviera para poder expresar y compartir su filosofía sobre cómo debemos relacionarnos con nuestro planeta generando el mínimo impacto, lo cual subyace en cada una de sus actividades. Además, la tienda debía poder mostrar el propio producto y su origen como una muestra inmejorable de cómo contribuir a la conservación de nuestro planeta.
El local de Caleido, no siendo de un gran tamaño, ofrecía una ubicación apropiada para ello. Sus características geométricas nos permitían pensar en juegos de espacios que fomentaran el encuentro y el debate, aspectos que desde el principio formaron parte del programa de este proyecto. Esa geometría se componía de dos volúmenes casi cúbicos maclados, de alturas muy distintas, de forma que uno de ellos se eleva hasta los casi 9 m interiores creando un vacío que había que incorporar al diseño. Esto nos llevó a buscar una solución que utilizaba el techo como elemento de continuidad aprovechando los huecos existentes para incorporarlos con intención al espacio. La escala se hacía protagonista, y había que jugar con ella. Para ello utilizamos un revestimiento que no es solo techo, porque también se extiende por las paredes para envolver todo el espacio enlazando la zona más baja con la más alta; una celosía de lamas con formas sinuosas que acompañan al visitante desde la entrada, realizada en madera de chopo, de color claro y gran ligereza.
Los criterios clave para la selección de los materiales fueron el impacto positivo de CO2, y su capacidad de ser reutilizados y reciclados al final de sus ciclos de vida; es decir, materiales con la mínima o nula huella de carbono para poder hacer un espacio neutral en emisiones. En las paredes, se propuso un revestimiento natural de terracota que resultó adecuado para lograr una atmósfera envolvente y sedosa, y que regula de forma eficaz el calor y la humedad reduciendo el consumo energético de la tienda- y en los pavimentos se combinaron un suelo cerámico de gran formato con textura de hormigón junto con moquetas de sisal para poner un contrapunto cálido en todas las zonas perimetrales.
El mobiliario de madera y cerámica, y las estanterías también de madera, completaron la calidad ambiental que se buscaba. La iluminación se ocultó entre las lamas, dejando únicamente una pieza singular suspendida sobre el mostrador de atención.
Por otro lado, y con el objetivo de consumir la mínima cantidad de energía necesaria, se instalaron un total de 15 paneles solares, para minimizar el consumo de electricidad de la red general. Su ciclo de vida es de 25 años de media y evitan que 2,95 toneladas de CO2 se cuelen anualmente en la atmósfera. Fabricados con silicona, son casi totalmente reciclables para fomentar la economía circular.
Durante el proyecto y la ejecución se ha llevado a cabo un Análisis del Ciclo de Vida de los materiales incorporándose de forma dinámica al proceso de selección de estos para descartar aquellos que no dieran la talla. Con todo ello se consiguió alcanzar en la tienda el equilibrio en emisiones de CO2, gracias al esfuerzo del promotor, que ha ido más allá de lo habitual cuando se certifica una obra por su calidad ambiental.
Obra terminada.